buuuaaaahhhhh!!!!!
No quiero que llegue la Navidad. NO me gusta. La detesto. No estoy preparada. No me da tiempo.
Este año me ha pillado desprevenida. Y mira que es difícil, con tanta lucecita, tanto arbolito, tanto Papa Noel de los cojones, y tanto villancico odioso taladratímpanos que se te graba a fuego en el cerebro sin llamar a la puerta. No puedo, es que no puedo. Y las calles. Llenas de gente que está de los nervios, que se da de codazos, que hace malabares para esquivar los andamios, verjas y socavones que MR. Gallardón nos ha regalado con amor. Una época entrañable, con ambiente de perrito caliente (valga el pareado).
Y es que para mí este año la Navidad no existe, no es, no tiene sentido. Se reduce a: coger un autobús nocturno incomodísimo, de olor imposible y rodeada de compañía de lo más dudosa. Zamparme la cena. Dormir. Zamparme la comida. Coger otro autobús para volver a la ciudad-andamio. Así. Como te lo cuento. Sin tiempo para disfrutar de mi familia, mi ciudad, mis amigos. Un asco.
Y ya me lo decía mi amiga Isa... Ella aborrece la Navidad. Es algo físico. Cualquier símbolo navideño le produce nauseas. Y yo pensaba: bah. Lo que pasa es que la gente a la que no le gusta la Navidad es porque no le gusta su vida. Y, claro, cuando llegan estas fechas parece como que hay que celebrar. Y uno se pregunta: ¿Y que coño tengo yo que celebrar? A ver??? "Pues que tienes una familia que te quiere, un novio maravilloso, unos amigos que se preocupan por ti y te preguntan si necesitas algo" Y qué?? Que yo eso lo celebro todos los días, o los días que amí me dé le gana. Que no soporto SENTIRME OBLIGADA A SER TAAAN FELIZ! Que es entonces cuando, por contraste, uno se siente el doble de desgraciado que los días de diario.
Es lo mismo que pasa en NOchevieja. Se da por hecho uno se lo tiene que pasar "la hostia de bien", que es la Gran Noche, que qué bien me lo paso que me ponga otra ronda oiga. No caben las medias tintas. Si no te lo has pasado "la hostia de bien" entonces es que has fracasado. No vale un "sin más". Y es que Nochevieja es insufribe. Los bares hasta el sombrero de gente, hora y media para pedir una cañita. Te la bebes a sorbitos, claro, que como te toque ir a por otra ya se te ha hecho de día. Y venga gente y venga gente, que feliz año, feliz ano eh, eh! feliz ano, urte berri on, urte berri on. Que me dejéis tranquila.... ES por eso que yo ya no salgo en Nochevieja. Me quedo en casa. ¿Deprimida? A ver, pues claro, viendo a Bertín Osborne en la tele. Pero al menos en mi casa nadie me obliga a ser feliz.
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Joserra -
ace76 -