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china a la calle

china a la calle

Hoy se han manifestado los comerciantes del barrio de Embajadores por la decisión del Ayuntamiento de cerrar el tráfico en este barrio. Francamente, y sin ánimo de ofender a nadie... ¡Hurra!

Yo vivo en el corazón (y cuando digo corazón, lo digo en el peor sentido de la palabra) de la calle Embajadores. Aquello, amigos míos, es el Infierno. Satanás vive en la calle Embajadores. Los atascos que se forman esta pobre calle escuálida de un solo carril son monumentales. Y lo son a diario, y lo son durante todo el largo día. Sin tregua. Y es que alrededor del 95% de los comercios de esta calle se dedican a la venta al por mayor de textiles (y cuando digo textiles, lo digo en el peor sentido de la palabra). Esto significa que, para que se pueda abastecer a estos comercios/almacenes, los vecinos debemos convivir con un permanente  desfile de furgonetas cargadas de cajas  hasta la ciencia ficción que campan a sus anchas; que paran impunemente a descargar, sin importarles el embotellamiento que dejan atrás; que ignoran por completo los bocinazos con ensañamiento y alevosía del resto de los vehículos, para desesperación de los vecinos. En los mejores días, salgo 4 veces al balcón a suplicar a voz en grito QUE DEJÉIS DE TOCAR LA BOCINA, QUE PARECE QUE ESTÁIS LOCOS, QUE YO NO TENGO LA CULPA DE VUESTROS PROBLEMAS.  En los peores días, hago bolas de papel higiénico, las empapo debajo del grifo y las lanzo contra los coches. Y, aunque no lo creáis, amigos míos, funciona. Sólo durante 10 segundos, pero funciona. Me siento mal. Este barrio saca lo peor de mí. Yo antes no era así.

Yo NECESITO que esto acabe. Necesito que corten el tráfico, o acabaré volviéndome loca. Son tres o cuatro bocinazos completamente desgarradores por minuto. Contados. De verdad. Y yo, una pobre mujer que pasa mucho tiempo en casa, no tengo la culpa. Yo NO tengo la culpa. Necesito que trasladen todas estas tiendas a un polígono industrial, que es donde deberían estar. Un bonito polígono industrial a las afueras, con muuuuchas plazas de aparcamiento, muuuchos carriles de acceso.  Y con pocos vecinos. ¿Es que no se dan cuenta de que esto es como meter un tigre en una jaula de canario?  Salir a la calle es para mí todo un ejercicio de paciencia. La carretera, embotellada  y claustrofóbica,  abarrotada de conductores con la mano temblorosa sobre el claxon. La acera, un racing de carretillas cargadas de cajas de cartón conducidas por chinos que tienen como afición escupir sin avisar. Los rincones, cementerios de basura. Yo así no puedo. Es que no puedo.

Y es que no lo entiendo. Vamos a ver. Hace falta una licencia para abrir un bar, o una farmacia, ¿no es cierto? Y tengo entendido que Madrid ya no concede más licencias para bares porque ya hay muchos. ¿Y que pasa con las tiendas al por mayor de los chinos? ¿Es que no hay ya muchas? En mi calle SÓLO hay tiendas al por mayor de chinos. Vamos, que para comprar el pan tengo que preparar merienda para el camino. Idem para comprar un libro, una pieza de fruta o unas pilas para el mando. Y es que últimamente he optado por la ensoñación. Como única vía de escape. Paseo por mi calle y voy imaginando: en este local habría una bonita tienda de jabones... aquí, una librería con sus revistitas y sus lápices de colores... en éste, una tienda de discos de segunda mano... Y así consigo cruzar mi calle sin desesperarme, mientras sorteo a los carretilleros escupidores, los montones de cajas de cartón, los chinos que comen y duermen en sus locales de 20x20.

ÉSte es un barrio bonito. De verdad, es un barrio precioso. Si uno se para a mirar sus edificios, sus suelos, sus rincones... se da cuenta de que debajo de este almacén improvisado e interminable hay un barrio que está echado a perder, un casco antiguo de toda la vida de Dios.

Francamente, y sin ánimo de ofender a nadie... ¡Hurra!

2 comentarios

ace76 -

Ya lo veo, ya: "China by BSK: Welcome to the land of the rising sun".

Jejeje.

Me he reido mucho con lo de los trozos de papel higiénico mojados. Por lo demás, espero que cierren pronto esa calle y todas las demás: con lo bonito que es Lavapies.

Joserra -

Yo estoy deseando que llegue el día en el que se descubra toda la pedazo mafia que hay detrás de estos negocios. ¿Por qué estos pueden abrir los 365 días al año? ¿Por qué no son más variados sus negocios?

Por lo que he podido ver, en las tiendas de ropa china suele haber, por lo menos en Logroño, gente mayor mirando la ropa,así que propongo al señor Amancio de Inditex que saque una nueva línea de tiendas destinada a las personas mayores.