¿QUÉ HACE EL JOVEN?

JOVEN- Todos los domingos, y también algunos martes.
HOMBRE- ¿Y por qué lo haces?
JOVEN- No lo sé. Lo hago, y punto.
HOMBRE- Hoy es martes. ¿Lo has hecho hoy?
JOVEN- No.
HOMBRE- ¿Pero vas a hacerlo?
JOVEN- No lo sé. Si supiera si voy a hacerlo o no, entonces sabría por qué lo hago.
HOMBRE- Entiendo.
JOVEN- No lo creo.
HOMBRE- ¿Cuánto tiempo llevas haciéndolo?
JOVEN- Hará cosa de cuatro meses.
HOMBRE- ¿Y no tienes miedo?
JOVEN- ¿De qué? ¿De que lo sepa la gente?
HOMBRE- Sí.
JOVEN- Hombre, claro que me da miedo. ¿Qué se cree? A nadie le gusta que lo tomen por loco.
HOMBRE- Pero sigues haciéndolo.
JOVEN- Ajá.
HOMBRE- Disfrutas haciéndolo.
JOVEN- ¿A usted qué le parece? Nos ha jodido...
HOMBRE- ¿Por qué?
JOVEN- ¿No le he dicho que no lo sé?
HOMBRE- Has dicho que no sabes por qué lo haces, no que no sepas por qué disfrutas con ello.
JOVEN- Es lo mismo.
HOMBRE- ¿A qué se dedica?
JOVEN- Soy compositor. De música.
HOMBRE- Ajá.
JOVEN- Hago música para publicidad. ¿Conoce el anuncio ese de lejía en el que una tía pierde el anillo de compromiso en casa de su amante y tiene que limpiarlo todo para encontrarlo?
HOMBRE- No.
JOVEN- Bueno, pues la música la hice yo.
HOMBRE- Te felicito.
JOVEN- ¿Por qué? Si no lo ha visto. Es una puta basura.
HOMBRE- No veo la televisión.
JOVEN- Yo tampoco.
HOMBRE- Volvamos al tema.
JOVEN- Volvamos.